Según el
hinduismo, la vida es eterna: en el momento de la muerte del cuerpo, el
alma abandona el cuerpo que se ha vuelto inservible, es arrastrada por los
yamadutas (los monstruosos sirvientes del
dios Yamaraja, el encargado de juzgar el
karma de todas las almas del universo) y juzgada.
● Si las actividades que realizó en su vida fueron muy malas, el alma es enviada a un planeta infernal (alguno de los Patalas) durante el lapso de una vida.
● Si las actividades que realizó en su vida fueron muy buenas, el alma es enviada a algún planeta «celestial», de muy buena calidad de vida; y
● Si las actividades que realizó en su vida no fueron demasiado malas ni buenas, el alma es enviada nuevamente a este planeta Tierra (un planeta intermedio), donde puede obtener un cuerpo animal o vegetal.
El alma es puesta en estado de inconsciencia en las nubes de lluvia, desde donde cae en forma de gotas de agua. Allí espera hasta entrar en alguna leguminosa, donde queda adosada al núcleo de algún grano comestible (arveja, lenteja, garbanzo, trigo, etc.). Si es comida por un hombre fértil, entra en su semen y tiene la posibilidad de fecundar un óvulo. Si es comida por algún ser que no sea fértil, es defecada y vuelve al ciclo de ir a la tierra y entrar en alguna leguminosa. Este proceso completo puede durar miles de años.